jueves, 24 de julio de 2008

Burbuja limonera

Las justificaciones que algunos gobiernos dan sobre la situación económica son dignas de estudio. No sé si son parte implicita de la misma economía o si los gobiernos prefieren excusarse con vanos argumentos antes que entonar el mea culpa.
Un ejemplo sería este:
Los ingresos que consiguen un grupo de chicos se basan exclusivamente en un limonero, no un limonero cualquiera, este de aquí es el único que hay a millas a la redonda. Cuando llega la calor se pertrechan con todo lo necesario para preparar gran cantidad de jugo de limón. El negocio les es bastante rentable, la gente pasa por ahí para aliviar la calor con una refrescante bebida, la cual no es muy barata. Teniendo en cuenta que no hay otro limonero en los alrededores no es poca la gente que se deje caer hasta ese negocio tan cercano. Por lo tanto, los chicos deciden aumentar mucho más la producción esperando que ese momento perdure mucho más tiempo. Pero de repente, suben tanto el precio que la gente decide que no hace tanta calor para pagar tanto por ese zumo, y comienzan a pensar en otros posibles sucedáneos más baratos. De golpe los jóvenes empresarios se dan cuenta de la bajada de las ventas y comienzan a preocuparse por el elevado exceso de producción acumulado, no sabiendo que hacer para darles salida deciden ir bajando los precios escalonadamente, pero sin embargo la gente sigue sin decidir ir a comprar, saben que aún pueden bajar más el precio. Al poco tiempo, parte de lo acumuado tiene que tirarse.

En el punto en el cual la economía del grupo se resiente, se hace la pregunta de:
¿Quién tiene la culpa de esta situación?:
a) Los chicos por aumentar precio y producción más allá de lo que deberían aprovechando una burbuja limonera
b) Nadie
c) Los clientes por no implicarse con el negocio y no seguir comprando zumo de limón

Siempre nos han enseñado que la avaricia rompe el saco, lecciones que todo el mundo ha presumido de dar alguna vez. Entonces, ¿por qué en el marco macro-económico es al revés?, siendo el saco el culpable de no poder contener tanta avaricia.
Quizá todo tenga su origen en lecciones del capitalismo como la de, "Arrasa con todo lo que puedas y no pienses en el mañana".
Pero aunque parezca mentira, así es como crecen las grandes economías, de burbuja en burbuja.

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