domingo, 27 de enero de 2013

Lincoln & Django

Lincoln & Django desencadenado, toda una tarde-noche de servidumbre y esclavitud al cine, ups!, si me escuchase Spike Lee. Dos películas reivindicativas que han podido agradar o no a la comunidad afroamericana, pero que sin duda darán mucho que hablar, especialmente Django, que borra de un soplido la referencia de vaquero negro que se tenía con Will Smith en la innombrable Wild Wild West. Sobre Lincoln me sobraban los minutos finales, hay un momento que cuando lo vi pensé: "Ahora tiene que acabar", lo sucedido después era irrelevante, es como reventarle a alguien el final de Titanic, todo el mundo sabe que se hunde, pero bueno esto ya es típico de Spielberg. 
Por otro lado, no lo considero un biopic, no es una película sobre la vida de Abraham Lincoln, sino más bien sobre un período clave de la historia de los Estados Unidos. La película da por hecho que el espectador ya va a verla con ciertos conocimientos de los eventos históricos acontecidos en aquella época. Por tanto, aunque hay una breve explicación al principio, la acción ya comienza cuando la guerra de secesión está a punto de acabar, sólo poniendo pequeñas menciones a lo sucedido con anterioridad. Un claro ejemplo de este razonamiento, es cuando se produce la rendición del General Robert E. Lee, un momento que pueda pasar totalmente desapercibido para el espectador no entendido, dado que se produce con rapidez, sin ninguna explicación previa ni durante el hecho en sí de lo que se está produciendo, ni de quién es quién. Desde la perspectiva del público no norteamericano ayuda a la confusión el hecho que durante ese período el partido más o menos progresista era el republicano, no el demócrata, por tanto si ya puede parecer confuso las artimañas dentro del congreso, lo es más si desde el punto de vista presente no entendemos porqué son los demócratas quienes se oponen a la abolición de la esclavitud.  Para un espectador poco entendido de estos detalles puede parecer un sopor de película. Hubo gente que pronto perdió el interés por la película y descaradamente se ponían a hablar o a mirar el móvil, incluso hubo gente que se fue antes de tiempo. Con esto no quiero decir que sea muy aburrida, sino simplemente tienes que ser consciente de lo que vas a ver, y tener unas ligeras nociones del contexto histórico en el que se sitúa la película.
De Django poco que decir, Tarantino se mete en terreno fangoso y se sale. La película es a lo Tarantino, cruda, surrealista, divertida, violenta, reivindicativa y como siempre con golpes de teatro, es un film must-watch en toda regla, uno no puede perderse esta versión del clásico de 1966, el cual tuve la oportunidad de ver en uno de los ciclos especiales de Phenomena Experience.

Django Unchained


Lincoln