sábado, 5 de junio de 2010

La llegada de Naoto "Khan"

Este mismo viernes el partido demócrata japonés decidió por una gran mayoría escoger a Naoto Kan como nuevo líder del partido, para poco después ser confirmado primero por la cámara baja con 313 votos a favor y posteriormente por la cámara alta por 123, confirmándolo como nuevo primer ministro japonés, después de la renuncia precipitada de Yukio Hatoyama en esa misma semana. Así el ministro de finanzas en la administración Hatoyama alcanzaba el cenit de política nipona, siendo el primer presidente de Japón salido del DPJ que llegaba a ese puesto sin pasar anteriormente por una elecciones previas, cosa que hasta el momento solo había pasado entre los miembros de partido liberal demócrata, LDP.
Sin embargo la elección de Kan como nuevo primer ministro no fue algo inesperado, dado que el partido demócrata ostenta la mayoría en las dos cámaras del parlamento japonés. Lo que si fue destacable fue la manera en que fue elegido por sus compañeros de partido, dado que después del vacío de poder que había dejado Hatoyama tras su dimisión se pensaba que la lucha interna sería más fuerte, pudiendo llegar a salir varios candidatos que optasen a liderar el partido. No obstante, la forma en que tuvo que renunciar Hatoyama hizo que la mayoría de los miembros fuertes del partido decidieran hacer un giro de 180 grados en su política interna, decidiendo sobre todo dejar a un lado a Ichiro Ozawa y sus seguidores, a los que consideraban culpables de la mala imagen que se cernía sobre el partido. Por tanto no es de extrañar, que teniendo las elecciones para la cámara alta tan cerca, el 11 de julio precisamente, y habiendo caído bastante en las últimas encuestas, decidieran hacerse un lavado de cara, comenzando primero por demostrar una fuerte unión de los pesos pesados del partido sobre el nuevo candidato, para después lanzar una señal inequívoca de determinación alejando de los mecanismos de poder del DPJ a Ozawa.
Es por ello que tras la renuncia de Hatoyama nunca hubo una dura lucha de poder, dado que la mayoría de figuras importantes y relevantes del partido apoyaron desde el principio a Naoto Kan. Así que posibles candidatos como Yoshihiko Noda, Yukio Edano, Seiji Maehara y sobretodo Katsuya Okada, que ya fue candidato rivalizando con Hatoyama, no dudaron en darle su total confianza.
De esta manera, Kan fue escogido como nuevo líder del partido demócrata con 291 votos a favor de un total de 423, venciendo al único rival que se le había presentado, Shinji Tarutoko, al cual le posicionaban cerca de los círculos de influencia de Ichiro Ozawa.
Con esta victoria Kan volvía a liderar el DPJ, cosa que ya había hecho en su creación en 1998, para luego volver durante el periodo comprendido entre 2002 y 2004 cuando fue máximo opositor de Junichiro Koizumi líder del partido rival LDP y primer ministro japonés.
Nada más llegar a lo más alto de su partido Naoto Kan anunció sin dilación que alejaría a Ichiro Ozawa de los puestos claves de decisión del partido. Las elecciones a la cámara alta estaban a la vuelta de la esquina y recuperar la confianza del electorado se presentaba como algo fundamental.

viernes, 4 de junio de 2010

Yami Shogun, el general en la sombra

Mientras en esta misma semana Yukio Hatoyama entonaba el discurso de dimisión, pregonando a todos los asistentes los motivos de su renuncia, no olvido mencionar sin embargo que Ichiro Ozawa, hasta ese momento secretario general del partido, también dimitía de su cargo. Esta imagen que puede ser totalmente normal, resulta la mar de curiosa, pues Ozawa no tuvo que salir y entonar el mea culpa a todos los presentes ni a toda una nación. No es de extrañar por tanto que la dimisión de Hatoyama no se debería solamente a sus promesas incumplidas y a un deterioro de su imagen para la ciudadanía, sino también debido a las malas influencias que tenía alrededor.
La figura de Ozawa siempre se ha mantenido en un lugar predominante en el partido desde 2006, siendo un elemento clave en la mayoría de sus decisiones. Incluso cuando renunció a seguir presidiendo el DPJ en 2009 mantuvo su poder en la sombra, estar en un segundo plano no le impidió ejercer su fuerza entre sus compañeros. Sin embargo sus constantes escándalos políticos han ido lastrando al partido lentamente, llegando al punto de tener que abandonar la presidencia del DPJ debido a la apertura de una investigación relacionada con una supuesta financiación irregular. No obstante, no dudó en apoyar a uno de sus candidatos, Hatoyama, para sucederle como líder del partido. Finalmente, después de una votación interna, el que fuera secretario general del partido hasta el momento, pasó a liderar el DPJ, para al poco tiempo convertirse en primer ministro.
Sin embargo, la herencia de Ozawa le salió demasiado cara a Hatoyama, viéndose involucrado también en turbios escándalos políticos que le condujeron a una fuerte impopularidad que acabó con su mandato, viéndose obligado a retirarse sin haber podido quitarse la imagen, para compañeros de partido y de prensa, de ser un títere de Ozawa.

miércoles, 2 de junio de 2010

Bye-Bye Hatoyama

Como si de una maldición se tratase el primer ministro japonés Yukio Hatoyama anunció su cese debido a la creciente falta de confianza del pueblo japonés, principalmente causada por la imposibilidad de cumplir con una de sus promesas electorales como era el traslado fuera de las islas de Okinawa de la base militar norteamericana de Futenma y de verse salpicado por escándalos políticos por una más que supuesta financiación irregular.
Hatoyama llegó al poder el verano pasado llevando consigo la antorcha del cambio, abanderando las premisas de acabar con un gobierno monocolor de más de 50 años en el poder que en los últimos años sólo había demostrado su facilidad en verse envueltos en escándalos políticos y en la imposiblidad de encontrar un líder fuerte y seguro que diera estabilidad al país. Sin embargo, a Hatoyama le ha sido imposible evitar cometer los mismos errores que sus predecesores, provocando la desconfiaza de la ciudadanía que ven como el partido que les aseguraba un cambio en la trayectoría política del país descarrilaba en el mismo fatídico punto que sus antecesores, y como si de una maldición se tratase sumar ya el cuarto primer ministro que renuncia a su puesto en 4 años, después de Abe, Fukuda y Aso.
Desde un punto de vista electoral, Hatoyama no es más que un sacrifico para limpiar la imagen del partido de cara a las elecciones de la cámara alta del próximo mes, piedra angular del DPJ, desde la cual comenzó a forjar una sólida oposición contra el partido LDP hace unos años. Perder la mayoría en esa cámara supondría un serio golpe para las aspiraciones del DPJ de convertirse en una alternativa real del LDP para los próximos años.