lunes, 15 de junio de 2015

Mad Max vs Jurassic World

Tiempo y cine son dos conceptos que siempre han estado reñidos, desde hace unos años debido al aumento desorbitado del precio de las entradas y la consiguiente y más que mencionada crisis post 2008, el dinero también se ha apuntado a esta riña cultural. Debido a esto suelen quedarse películas en el tintero por ver, que no es que sea algo destacable, pero hay algunas que siempre son mejores de ver en pantalla grande, y si no tenemos la oportunidad de disfrutar de esa experiencia hemos de esperar a ideas tan acertadas como Phenomena Experience que nos den una nueva oportunidad de hacerlo. Pues volviendo al principio, en aquellas ocasiones en donde el tiempo impide encontrar un hueco para poder deleitarse de un taquillazo mientras cruzamos los dedos para que no la retiren de la mayoría de las salas de cine, suele pasar que cuando lo encontramos ha salido otra digna de ver, aumentando el abanico de opciones y pensando por cuál de las dos o más decidirse. Es en estos casos cuando es más oportuno hacer una mini-maratón, que es lo que hice este fin de semana, cuando fui a ver Mad Max: Fury Road y Jurassic World.

Mad Max: Fury Road


Sobre esta obra maestra cinematográfica tengo poco que decir, y creo que lo más importante de mencionar es que se ha de disfrutar en cines, me hubiese arrepentido mucho si la hubiese dejado pasar y no hubiese aprovechado la extraordinaria experiencia que supone verla en una sala de cine. Rebosa una increíble fidelidad a sus predecesoras, no por menos el mismo director de éstas, George Miller, es el que dirige, produce y guioniza esta cuarta parte de la saga, que te traslada de un severo latigazo a los años ochenta, dejando correr un raudal de emociones que te lleva por delante y te absorbe hasta tal punto que las casi dos horas que dura el largometraje te parece un solo instante. Hacía tiempo que echaba de menos una película que tuviese el espíritu creativo de los ochenta y principios de los 90. En una época donde el cine está dominado por el puro consumismo de masas, este tipo de obras son un soplo de aire fresco para el espectador veterano nostálgico de otros tiempos. Volviendo a la saga, la influencia de ésta ha sido profunda, no por el ambiente post-apocalíptico que era previo a su primera existencia, sino al mismo mundo Mad Max, tan peculiar que ha creado una denominación de origen propia, sobre todo y en especial tras la segunda parte. Su herencia en la cultura popular y en otras disciplinas artísticas ha sido vasta, desde el famoso videoclip de Tupac y Dr. Dre: California Love, al manga japonés de Buronson y Tetsuo Hara: Hokuto no Ken, conocido aquí como Puño de la estrella del Norte, que recuerda no sólo su mundo sino también el mismo protagonista al universo de Mad Max. Desde aquellos mediados de los ochenta cuando pudimos disfrutar de su último legado antes de éste, Mad Max 3: Más allá de la cúpula del trueno, protagonizada por Mel Gibson, al cual se le ha echado de menos aunque fuese en forma de cameo en Furia en la Carretera, y Tina Turner, su mejor éxito cinematográfico, no ha habido continuación alguna, incluso cuando aparecían remakes, reboots o continuaciones de otras sagas de renombre contemporáneas. Recuerdo como hace tiempo con un colega hablábamos en un McDonalds sobre porqué no había habido ninguna continuación de Mad Max cuando tanto se la merecía, ahora que ha llegado, y que parece que habrá una quinta parte, se habría de pensar cuál será la siguiente en tener continuación, quizás sea Blade Runner?

Jurassic World:


Lo que más me ha gustado de la película es que no rompe con la saga anterior, y la mejor forma que han tenido de demostrarlo, sin contar las referencias a lo acontecido en el primer film Jurassic Park, es utilizando el famoso tema de John Williams tan característico de la saga jurásica de Steven Spielberg. En un principio pensaba que sería una especie de reboot, un nuevo comienzo, dejándote claro como he indicado antes que no lo era, lo que se herede de las demás es todo un misterio, creo que quedarán en el rincón del olvido, sobre todo la tercera. Por lo demás la película se muestra entretenida, un principio un poco soso y aburrido donde van introduciendo personajes y argumento, hasta que sucede lo que todo el mundo espera, que el Indominus Rex se escape y la líe parda por todo el parque. Hasta aquí todo bien, incluso la particularidad del protagonista de susurrar a los velociraptors me parece aceptable, algo que suma registros con los que jugar y aportar riqueza argumental a esta nueva parte. Sin embargo, el hecho más negativo era que daba la sensación que uno estaba delante de una película para todos los públicos. Irónicamente, la calificación de Jurassic World era la misma que tenía Jurassic Park en su momento, PG13, pero cuando la primera y original se pasaba y mediante los medios se advertía de su crudeza, esta última peca de lo contrario, hasta tal punto que parecía una escena del mítico personaje de Los Simpsons, Troy McClure, explicando como de amigos pueden ser los dinosaurios. Mientras que en el film de Spielberg la tensión se podía cortar, en la de Colin Trevorrow la tensión brillaba por su ausencia. Entre esto y el rol que jugaban los niños repelentes en la película uno caía en la frustración a la que te empujaba la película al compararte nueva y original, algo parecido con lo que sucedió con White House Down, dado que durante su proyección habían ciertos clichés que te hacían pensar que estabas ante una nueva Jungla de Cristal (la mejor película de acción en mi opinión), cosa que ni mucho menos conseguía, debido sin duda a lo mismo que he explicado antes, la nueva moda de Hollywood de hacer películas más familiares, estropeando lo que podía haber sido un buen producto. Continuando y para acabar con Jurassic World, el final es un digno homenaje al primer film que dio origen a la saga, previsible pero acertado tributo a lo que ha sido la serie jurásica.
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