viernes, 31 de enero de 2014

Welcome to the Snow Ball

Uno de los puntos de interés que está despertando esta Super Bowl son las condiciones climatológicas en las que se jugará. Tanto que está comenzando a denominarse "Snow Ball". Debido a la ola de frio que está azotando Estados Unidos desde los grandes lagos a la costa Este, el partido se jugará en condiciones extremas de frio, algo que aunque a los fans no les preocupa a algunos expertos sí, sobre todo porque es la primera Super Bowl que se jugará con tales temperaturas. Aunque el fútbol americano es un deporte que se juega en todas las condiciones de tiempo posibles, los organizadores ya están estudiando adelantar o retrarsar el partido dependiendo de las circunstancias climatológicas. No obstante, ante el posible cambio de día u hora dependiendo del clima, parte de los jugadores en la NFL han salido defendiendo uno de los fundamentos de la NFL: "Llueva, nieve o truene el partido ha de jugarse", parece el Shinsengumi. De ahí que el tiempo se haya convertido en uno de los temas claves más seguidos últimamente

Sin embargo hay otro punto de interés más relacionado con los jugadores en sí, además de las posibles lesiones que se puedan producir debidas directamente al frio, preocupa que los QB no puedan desarrollar todas sus habilidades, y en especial el tema se centra en Manning, quien estadisticamente en condiciones desfaborables de frio no ha llegado a hacer grandes actuaciones. Un ejemplo cercano se puede encontrar en Drew Brees, QB de los Saints, que en partidos con lluvia más que pelotas parece que lanza melones. La cuestión es que un equipo como los Broncos que depende tanto del juego de su QB pueda ofrecer todo su potencial ofensivo, sobre todo contra un equipo que su mayor punto es defender y que está más acostumbrado a jugar en temperaturas más desfaborables como las de Seattle.


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