martes, 28 de enero de 2014

Speeches: The link between sport and films

Gracias al cine, el fútbol americano ha podido llegar a muchos hogares donde les parecía lejano ese deporte tan sumamente americano, películas que tenían como trasfondo un partido, como El último boy scout o films que se involucraban y se introducían en lo más profundo del deporte en sí, como Un domingo cualquiera han marcado parte de nuestra generación. Pero si se tuviera que preguntar qué es lo que destacarían sobre todo lo demás de este último tipo películas, la gran mayoría escogerían el discurso del entretiempo. Puede que las reglas se desconozcan, que el deporte guste más o menos, pero el discurso motivacional siempre atrapa, al igual que hizo Mel Gibson como William Wallace en Braveheart, nos gusta oír esas palabras que nos expulsan las dudas y los miedos, nos ponen a cien y nos inspiran para lograr un objetivo común. En la vida real esos discursos existen, pero pocos son tan buenos como el pronunciado por el entrenador Flowers. La relación entre realidad y ficción vuelve a mezclarse aquí, el cine recoge y el cine da, en este caso a través de la banda sonora de Él último mohicano. Como siempre deporte y cine unidos en común, imposible de desligar en esta manifestación de anhelo de victoria y gloria.


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