jueves, 14 de agosto de 2008

El tesoro de Mr.Oh


Mr. Baseball, una película de 1992 protagonizada por Tom Selleck, trata sobre un jugador de los Yankees de Nueva York, llamado Jack Elliot, que al ir bajando sus porcentajes de bateos se ve relegado a un segundo puesto dentro del equipo. Herido en su orgullo de bateador decide probar suerte en otro conjunto, pero solo tendrá sitio a miles de kilómetros de su casa, en los Chunichi Dragons de Nagoya. Es aquí cuando comienza la aventura de este personaje por redescubrirse a sí mismo en un mundo que le es totalmente diferente dejando de banda la idea preconcebida de jugador fracasado.
Este film viene a reflejar la experiencia de algunos jugadores de MLB que durante los años 80 debido a motivos varios decidieron o tuvieron que emigrar a la liga japonesa, teniéndose que adaptar al nuevo ambiente, al nuevo estilo de juego, superando prejucios, y en el caso de alguno de ellos, intentando demostrar además que aún valían para jugar en las ligas mayores. Es el caso de Brad Lesley, o aquí más conocido por Animal, del programa Takeshi's Castle, el barbas de Humor Amarillo, un pitcher bastante excéntrico que tenía formas muy curiosas de animarse a sí mismo y minar la moral de los rivales, que en el 85 decidió probar fortuna en el béisbol japonés, jugando dos temporadas en los Hankyu Braves, como eran conocidos anteriormente los Orix BlueWave de los que ya he hablado en un post anterior. Se podría hablar de muchos más como Ralph Bryant, MVP con los Kintetsu en el 89, el único en conseguir llegar con la bola a la megafonía situada en la cúpula del Tokyo Dome a 45 metros de altura, además de igualar el récord que ostentaba Oh de conseguir 5 veces 3 home runs en un partido durante una temporada regular. O de Orestes Destrade, líder de home runs durante 3 años consecutivos a finales de los 80 y principios de los 90 en los intratables Seibu Lions, donde coincidió con otros grandes bateadores como Koji Akiyama y Kazuhiro Kiyohara, siendo conocidos los 3 como AKD.
Greg Wells fue un caso aparte, porque fue en Japón, más concretamente en los Hankyu Braves, donde encontró su mejor juego consiguiendo ser el primer jugador extranjero en conseguir la triple corona, es decir, ser el jugador con mejor promedio de bateos, home runs y carreras conseguidas gracias a su bateo (RBI) respecto al total de la temporada, batiendo a su rival Horimitsu Ochiai, que previamente había dicho que no iba a dejar que un extranjero se llevase la triple corona. Ese mismo año, 1984, obtuvo también el MVP de la Pacific League. Después de casi 10 años acabó retirándose en Japón siendo todo un ídolo.
Warren Cromartie es otro a destacar, MVP en el 89 con los Giants de Tokyo con los que jugó 7 años, fue de los pocos que pudiendo aún tener una carrera exitosa en la MLB optó por ir a Japón en el 84, donde demostró durante los primeros años porqué tenía un contrato de superestrella. La escena de la película en la que se ve a Jack Elliot extrañarse porque el partido había acabado en empate pudo estar basada en una experiencia similar con Cromartie, ya que al contrario que sucede en la MLB en la NPB los partidos pueden acabar en empate después de 12 entradas, 15 antes del 2001 en la Central League.
Por último, los hermanos Lee, Leron y Leon, también tuvieron su experiencia beisbolística en Japón. Mientras Leron llegó en sus 30 a los Lotte Orions, conocidos ahora como Chiba Lotte Marines, Leon lo hizo mucho más joven, siendo de los primeros jugadores jóvenes que probaron suerte en Japón, en este caso particular de la mano de su hermano mayor. Al contrario de su hermano, Leon estuvo en más equipos además que en los Lotte, como por ejemplo en los Yokohama Taiyo Whales, ahora Yokohama BayStars, y en los Yakult Swallows. De todas formas, los dos estuvieron unos 10 años jugando en la NPB, teniendo unos grandes porcentajes de bateos, incluso habiendo algunos que aún no han sido igualados ni superados. La misma película de Mr.Baseball esta basada casi en su mayoría en las experiencias que Leron Lee tuvo desde que fichó por un equipo japonés allá en el 77, siendo de los primeros extranjeros en obtener un éxito sin discusion en aquel extraño y desconocido país.
Pero hay una de las escenas de la película que estuvo basada en uno de los mejores jugadores extranjeros que han pasado por la NPB. En el partido final cuando se enfrentan los Dragons, equipo de Elliot en film, contra los Giants, el pitcher para evitar un posible bateo de Jack que pudiese acabar en home run, le da la base por bolas. Ante la frustración del momento, éste decide coger el bate por la cabeza y hacer como si fuese a batear dando así a entender que ni a esas tenían pensado lanzarle una bola en condiciones. Este jugador en que se basa esta escena se llama en la vida real Randy Bass. El actual flamante senador demócrata por Oklahoma fue todo un héroe y más que un ídolo en su etapa como jugador de los Hanshin Tigers del 83 al 88. Habiendo dejado la MLB donde ya no le veían más futuro profesional a su máximo nivel, aterriza en Osaka para convertirse en uno de los mejores bateadores del club, consiguiendo una triple corona durante 2 años consecutivos, 85 y 86, además de otros premios más como bateador. Pero una de las cosas por las que más se le recuerda es porque en el año 1985, lleva al club a ganar su única Japan Series, algo que esperaban los aficionados de los Tigers desde hacia décadas, llegando algunos a celebrarlo tan efusivamente como para tirarse al río Dotonbori desde varios puentes de la ciudad. Bass obtiene el MVP y se convierte en casi un Dios para la masa entusiasmada. Pero hubo un hecho que la gente aún recuerda, en el último partido de aquella temporada, Bass llevaba 54 HR y estaba a uno solo de igualar el record de Sadaharu Oh. Sin embargo, los Tigers tenían que jugar contra los mismos Giants, que en esa época estaban entrenados por el mismo Oh. El entrenador de origen chino había dejado claro varias veces que no le gustaría que un extranjero batiese su marca, de esta manera, viendo la progresión de Bass hace que los pitchers de su equipo no le lancen ninguna bola recta, provocando la impotencia de Bass y su gesto famoso con el bate, además del enfado de parte de los aficionados que ven ese comportamiento como algo totalmente antideportivo. Al final de aquella temporada, Bass se resigna al hecho de tener que aceptar que aún habían japoneses que no querían que un gaijin, extranjero en japonés, batiese sus récords. Aún así, en los siguientes años Bass seguiría siendo toda una referencia para los Hanshin Tigers, y a pesar de que no pudo ganar ningun título más, aún hoy se le considera todo un ídolo de masas.
No obstante, años después Oh seguiría dando que hablar, esta vez como entrenador de los Fukuoka Daiei Hawks, los actuales Fukuoka Softbank Hawks. En el año 2001, Tuffy Rhodes, jugador de los Kintetsu Buffaloes, consigue igualar el récord de Oh de 55 HR, pero al final de aquella temporada los Buffaloes se enfrentaban a los Hawks, y como ya pasó con Randy Bass, Oh vuelve a hacer que los pitchers no le dejen batear, dándole la base por bolas, causando también la resignación de Rhodes. Al final del partido el entrenador de pitchers indica que la orden fue dada por él, aunque nadie dudaba que Oh estaba detrás. Esta actitud produce serias crítcas de parte de organismos deportivos, jugadores y prensa especializada japonesa, viéndola fuera de lugar y antideportiva. Sin embargo, un año después vuelve a suceder igual, esta vez con el venezolano Álex Cabrera como protagonista, jugador de los Seibu Lions que había conseguido alcanzar la marca de Oh y Rhodes en HR a finales de aquella temporada, si bien le quedaban más partidos para batirla que Rhodes en su momento. Aún así había de enfrentarse a los Hawks de Oh para que de nuevo sucediese igual, impidiendo a Cabrera superar el récord contra ellos. El mundo del béisbol y los medios japoneses volvieron a abalanzarse sobre Oh por antideportivo. Mientras Cabrera, al termino de la temporada declaró que después de jugar contra los Daiei Hawks habría podido batir el récord contra otros equipos cuyos pitchers no dudaron en lanzarle buenos lanzamientos, con los que finalmente no pudo hacer nada. No obstante quiso hacer hincapié en que ese gesto merecía su respeto y su agradecimiento.
Aunque todavía existen prejucios y estereotipos, el mundo del béisbol japonés ha cambiado mucho desde aquella época en la que jugadores que no encontraban sitio en la MLB o que estaban en el crepúsculo de sus carreras aterrizaban en la NPB. Ahora los equipos japoneses no dudan en fichar jóvenes prometedores para jugar en sus ligas, que ven en Japón una manera adicional y adecuada de progresar en sus carreras deportivas, abriéndose el abanico de posiblidades que antes se reducia a jugar en las ligas menores antes de llegar a las mayores. Al mismo tiempo jugadores japoneses optan por emigrar a América para demostrar su valía. Hideki Matsui de los NY Yankees y sobre todo Ichiro Suzuki de los Seattle Marines son un buen ejemplo de ello, siendo ambos grandes estrellas en sus respectivos conjuntos.

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