Hay un refrán que dice "No es importante cómo se comienza, sino cómo se acaba", que tiene una versión más mordaz y más conocida que dice así: "El que ríe el último ríe mejor". Pues estos dos refranes son el fiel reflejo de cómo se podrían resumir lo que han sido las semifinales de conferencia de la NBA. En los cuatro cruces, los equipos que tras tres partidos de la serie partían con una ventaja de 2 a 1 han quedado eliminados, incluso uno llegó a tener una de 3 a 1 y también cayó inesperadamente. Es cierto que las lesiones de varios jugadores claves ha sido un factor decisivo en el devenir de sus respectivas eliminatorias, pero no es menos cierto que cuando tenían la posibilidad de sentenciar, el click presupuesto en los grandes equipos no acabó de inicializarse en estos conjuntos que ya han dicho adiós, pero vamos por partes:
En la conferencia Este los Washington Wizards, a pesar de la lesión de muñeca de su estrella John Wall, eran los firmes candidatos a las series finales de la costa Atlántica, su rival, los Hawks, se presentaban como un equipo bastante dubitativo que le faltaba la solidez que había demostrado en la campaña regular. Paul Pierce se puso al frente del conjunto capitalino para llevarlo en volandas al pase de la serie, sin embargo fueron los de Atlanta quienes de nuevo retomaron el vuelo para redirigir las semifinales y ponerlas a su favor de la mano de sus estrellas Teague, Horford y en especial DeMarre Carroll. Aunque la serie estuvo bastante igualada, los Wizards le duraron lo mismo a los Hawks que los Nets, seis partidos, ganando los siguientes tres tras cosechar un 2 a 1 en los primeros tres encuentros. Los capitalinos decidieron volver a poner en pista a John Wall a pesar de su lesión, con una ostentosa protección en la mano. Sin embargo no fue suficiente para dar la vuelta a la dinámica de los choques, al final tras un momento de suspense y emoción donde los árbitros debían dar validez o no a un triple de Pierce en pleno rugir de la bocina que hubiese forzado la prórroga en el sexto partido, la decisión cayó a favor de los Halcones de Georgia, que pasaron ronda cuando parte de los analistas veían en ellos una especie de Toronto Raptors 2 y les daban pocas opciones de clasificación.
En el otro choque de dicha conferencia se producía el cruce de los Grandes Lagos, Cleveland contra Chicago, una de las eliminatorias que se preveían más igualadas y emocionantes como finalmente fueron. Los Bulls llegaban al cuarto partido con ventaja en la serie y recuperando el factor campo, sin embargo en aquel cuarto partido que resultó crucial, Lebron le devolvió a Rose el triple que dio el triunfo a los de Illinois en el tercer partido, encanastando otro triple igual de espectacular al son de la bocina que dio la victoria a los de Ohio en ese cuarto partido. La igualdad se mantuvo igualmente en el quinto, donde parecía imposible que ni uno ni otro equipo pudiese escaparse en el marcador, los Bulls presentaron lagunas de anotación bastante notables, que provocaban que la poca ventaja que habían cogido se difuminase. La lesión de Pau Gasol en el tercer partido fue determinante en el devenir del resto de la eliminatoria, sabiendo de la falta de Kevin Love en los Cavaliers, se había apuntado que Gasol podría aprovecharlo, pero muy a pesar de Tom Thibodeau no pudo contar con esa ventaja hasta el sexto partido, donde viendo la situación del equipo decidió arriesgar con un renqueante Pau dada la poca efectividad que había logrado con otros jugadores que intentaron suplir su presencia como Mirotic. No obstante ese partido no tuvo historia y los Cavaliers de LeBron tuvieron la victoria más cómoda de toda la eliminatoria, logrando el pase en plena Chicago. Pero la lesión de Gasol no fue sólo el único factor que pudiese justificar la derrota de los Bulls, por mucho que Lebron fuese una figura notable a considerar, se le notaba que había de empujar del carro constantemente, como ya había apuntado en otras entradas, el apoyo que tiene en los Cavaliers no es el mismo que tenía en los Heat, ni siquiera teniendo a Irving como escudero. Pero lo que si resultó crucial fue el regreso tras una sanción de JR Smith, el ex-chico malo de los Knicks demostró que a pesar de sus altercados y su conducta sigue teniendo una muñeca de oro, y cuando tiene el día puede resultar un jugador esencial y resolutivo. Los triples que ganó Cleveland con él fue los que había ido perdiendo Chicago, su falta de acierto resultó frustrante, sumado a largos vacíos de anotación, acabaron condenando al equipo, sin que ni Rose ni Butler pudiesen hacer nada para evitarlo.
En la conferencia Oeste, el equipo de moda se vio dominado por los Grizzlies de Memphis, que atesorando una gran defensa pudieron dominar a la bestia de Golden State. Sin embargo, sus tentáculos sólo aguantaron hasta el cuarto partido, donde los de California entraron en un juego más físico y menos espectacular, teniendo además de regreso al mejor Curry, el MVP de los grandes momentos volvió a serlo, llevando a su equipo de victoria en victoria. Gasol y Randolph aunque se vieron sobrepasados en la pintura fueron como siempre los mejores del equipo. Allen acabó desaparecido y Conley renqueante tras tanta lesión, no se puede dudar de su compromiso, pero el enmascarado llegó un punto en el que ya poco podía hacer. Después de una dura eliminatoria que les ha puesto a prueba, dejando de lado sombras de dudas sobre su posible capacidad de actuación en playoffs, los Warriors llegan a unas series finales siendo favoritos para todo, dejando claro que llegan para ganar y hacer historia.
Le coup de théâtre se dio en la última eliminatoria de todas, la única que llegó hasta el séptimo partido, los Clippers como había apuntado en su momento en este mismo blog, lo tenían todo para pasar, habían eliminado a los míticos Spurs, campeones del año pasado, y a pesar de no contar con su estrella Chris Paul en los primeros partidos, habían aprovechado la inercia de aquella victoria sobre los inmortales de Popovich para lograr una ventaja sobre los Rockets de 3 a 1, a una sola victoria del pase. Sin embargo la inercia les debió durar hasta donde comenzó la euforia, porque no encuentro otro motivo para tirar una ventaja tan destacada. Tengo la impresión que si su rival hubiesen sido los Spurs no se hubiesen confiado y hubiesen ido a rematar la faena, pero mientras los equipos grandes rematan cuando toca, los demás les cuesta gestionar este tipo de situaciones, que a veces resulta en finales como éste, donde un conjunto echa por la borda un pase que tenía casi sellado. Que se insinue con la complacencia, el exceso de confianza o la lucha de egos en la plantilla no justifica que un equipo formado por estrellas como Chris Paul, Blake Griffin, Jamal Crawford, Austin Rivers o DeAndre Jordan, que desearían otras grandes franquicias, no pueda sentenciar una eliminatoria que tenían totalmente a su favor, permitiendo que su rival se rehiciera y se creyese capaz de remontar, como finalmente sucedió, y el mayor ejemplo de este argumento se puede encontrar en lo acontecido en el último cuarto del partido 6. Lo importante es que los Rockets lograron el milagro ante su afición, desatando una euforia más que merecida. Houston estará en la finales y tendrá su oportunidad de lograr el pase para ganar de nuevo el anillo de campeón tras 20 años de sequía. Su rival serán los temibles Warriors, pero visto lo visto nadie les puede considerar el underdog del choque, cosas más increíbles se han visto, y sino que pregunten en Houston o en Nueva York.
Resumen del memorable séptimo partido de la serie entre Rockets y Clippers
Reacciones ante la histórica eliminación de Los Angeles Clippers